‘Design for Each and All’ (‘Diseño para todos y cada uno’). El lema elegido este 2021 para la celebración del Día Internacional del Diseño (IID), el 27 de abril, recoge, en apenas cinco palabras, todo el potencial que tenemos los y las profesionales de este sector. Nuestro trabajo tiene la capacidad de impulsar el avance hacia las grandes metas de la humanidad y de influir, de forma directa e indirecta, en la vida de todas las personas. Diversidad, igualdad, inclusión, accesibilidad universal, educación, salud, bienestar y sostenibilidad dependen de cómo nos involucremos y posicionemos ante nuestra realidad.
¿Somos realmente conscientes de ese potencial? ¿Actuamos en consecuencia? ¿Lo aprovechamos al máximo? ¿Somos capaces de asumir la responsabilidad de nuestra profesión para configurar el futuro?
"Los diseñadores y las diseñadoras contamos con las herramientas y capacidades para transformar el mundo con nuestra creatividad. Aprovechemos todo su potencial, para ser verdaderos agentes de evolución"
Sin duda, si interiorizamos estas capacidades y actuamos en consecuencia, no solo nos convertiremos en agentes del cambio en nuestros contextos -sociales, económicos y medioambientales-, sino que, como dice Juli Capella -figura de referencia en el diseño nacional-, actuaremos como motor, como ‘caballo de Troya’, activando e impulsando el cambio en aquellas organizaciones, públicas y privadas, con las que trabajamos.
En este sentido, la organización del evento mundial, ico-D (International Council of Design), subraya que «una parte fundamental del trabajo del diseñador es comprender cómo la interacción de factores sociales, económicos, medioambientales, tecnológicos y geográficos puede conceder o bloquear el acceso justo en determinados contextos, y encontrar nuevas formas de dejar ‘entrar’ a más personas».
Alianzas multidisciplinares
Para conseguirlo, son clave las alianzas, tanto entre los propios profesionales de la creatividad, como con Administraciones, científicos e investigadores, educadores, empresarios y ciudadanía en general. Sumando entre todos, podremos alcanzar de manera más rápida y más eficiente esas metas que se traducirán en un mundo más igualitario, justo y sostenible.
Se trata, en definitiva, de ejercer como innovadores con impacto social y conseguir que esas innovaciones lleguen a todas las personas. Cada vez son más los casos de éxito de proyectos que se desarrollan para y junto a personas con capacidades diferentes; orientados a promover la igualdad e inclusión de colectivos desfavorecidos; el acercamiento entre personas de diferentes generaciones o de diferentes culturas; la mejora de la accesibilidad -física o digital- a tecnologías que mejoran la vida; que dan respuesta a problemas sociales graves -como la violencia de género o la situación de los inmigrantes-, o aquellos que incorporan la investigación de nuevos materiales más respetuosos con el medio ambiente.
La ADCV, como organización, ha integrado en su estrategia el desarrollo sostenible y los proyectos con triple impacto positivo (económico, social y medioambiental). Entre los ejemplos, podemos mencionar ‘Economía del Disseny’, los encuentros de “Diseño para la innovación social” o la plataforma de economía circular, EnCircular -concebida como punto de encuentro y generación de sinergias entre todos los actores implicados en la transición hacia nuevos modelos de producción y de consumo-.
Los diseñadores y las diseñadoras contamos con las herramientas y las capacidades para transformar el mundo a través de nuestra creatividad y nuestro trabajo. Aprovechemos todo su potencial, para ser verdaderos agentes de evolución. Porque «todas las personas merecen vivir en un mundo bien diseñado».