Son ya varias las veces, demasiadas quizás, que la Asociación de Diseñadores de la Comunidad Valenciana ha tenido que lanzar un comunicado contestando a una mala gestión de la administración pública relacionada con el diseño.
En esta ocasión, la ADCV opta por el modo didáctico a la hora de analizar la cuestión:
1) El patronato de turismo de Alcossebre decide renovar su imagen para atraer al turismo. Esta decisión la calificaríamos con “Sobresaliente”, digna de felicitación, pues no siempre se sabe valorar que una buena imagen gráfica es definitiva para una buena comunicación, prestigio y calidad, además de ser el medio más inmediato de llegar a las personas.
2) La contratación de esa nueva imagen de la localidad castellonense se hace saltándose todo criterio profesional y ético y se encarga a un conocido que por “hobby” tiene diseñar. Esta decisión directamente lleva al suspenso, “Insuficiente”, pero del grave.
Seamos serios. Un hobby es un entretenimiento que se practica habitualmente en los ratos de ocio y para disfrute personal. Pero tratar a una disciplina como el diseño (y concretamente el diseño gráfico) de hobby es ser muy poco respetuoso con quienes estudian esta carrera y quienes se dedican profesionalmente a ella desde hace décadas.
Validar esta forma de adjudicar un trabajo porque se trata de una “acción altruista”, es una excusa vacía de argumento. Validar este proyecto porque “no le costará nada al ciudadano ni a las arcas municipales” roza la falsedad, pues parece que no se tenga en cuenta la inversión en productos promocionales (merchandising) para aplicar y difundir la nueva marca. Y decir que se trata de un trabajo con coste cero, y que hay que predicar con el ejemplo, es indignante. No sólo porque hay profesionales que viven de esto, también porque entre otras cosas, la firma del autor luce debajo de la propia marca “Alcossebre”. Quizás este hecho no tenga una recompensa valorada en dinero, pero se trata de una acción promocional propia probablemente más rentable que el pago en metálico.
El resumen de todo esto es que una administración pública ha aceptado un proyecto, al parecer, porque es gratis dejando a un lado la valoración del criterio de calidad. Sabiendo que el sector turístico de Alcossebre, y en general de la Comunidad Valenciana, es tan influyente para el desarrollo económico y cultural, no se entiende que no se seleccione con rigor la imagen que lo identifica. Entonces, la pregunta es: ¿no importa la calidad de un trabajo mientras sea gratis? Y ahí va otra cuestión: ¿un proyecto sin calidad dará el resultado óptimo esperado?
Desde la ADCV afirmamos que un buen diseño es la herramienta más potente para conseguir una imagen de prestigio y el motor que muchas entidades necesitan para ser más competitivas. La gestión del diseño de una manera profesional supone una inversión rentable y duradera. Volvemos a insistir, son las administraciones públicas los entes que deben comportarse como modelos en este sentido. La ADCV de nuevo se ofrece a colaborar con ellas en el asesoramiento de temas de gestión de diseño.