Hacer un encargo de diseño no es tarea fácil. Pero tampoco imposible. Tan sólo requiere la aplicación de unas sencillas prácticas, establecer un briefing que sea claro y conciso, y proceder a la contratación de un profesional adecuado.
La administración pública española no sabe hacer encargos de diseño. Dicha afirmación está más que comprobada por la multitud de casos con los que la comunidad de profesionales del diseño y sus asociaciones nos encontramos continuamente. Estamos convencidos que no es por voluntad de hacer mal los encargos, sino porque su correcta formulación es desconocida para la mayoría de instituciones públicas. Sin embargo, tampoco demuestran interés por conocerla y aplicarla.
La Asociación de Diseñadores de la Comunidad Valenciana se ha mostrado dispuesta a dar su asesoramiento en repetidas ocasiones. También existen herramientas como la guía básica para administraciones públicas: “Cómo gestionar servicios de diseño de Identidad Visual”, avalada por organismos como la Federación Española de Entidades de Promoción de Diseño. Entonces, ¿Por qué no consultarlos? ¿Por qué volver a caer en la práctica, totalmente desaconsejable, de contratar diseño a través de concursos?
El último caso de desprofesionalización de un proyecto de diseño, y por lo tanto, de menosprecio de los intereses profesionales de los diseñadores es el concurso a través de una plataforma de crowdsourcing para hacer la imagen de la ciudad de Benidorm. La ADCV se manifiesta totalmente contraria a esta convocatoria, por resultar denigrante para la profesión, y pide la retirada inmediata del mismo.
La ADCV ha conseguido hablar con los responsables de la Fundación Visit Benidorm, organizadores del concurso, y explicarles los razonamientos de por qué deben evitar la realización de esta convocatoria con su actual planteamiento. Para nuestro asombro nos han afirmado que no comparten totalmente nuestros criterios y que apuestan por esta fórmula porque dota de visibilidad a la ciudad y resulta un aglutinador de ideas.
La ADCV ha insistido en que existen otras soluciones para que nadie sea perjudicado y ya que el proceso no está aún abierto, lo correcto sería desconvocarlo y plantear una nueva propuesta respetuosa con los diseñadores. También se les ha transmitido la idea de que la administración pública debe de procurar trabajar de manera ejemplarizante, y este concurso es totalmente contrario a una actitud modelo en la contratación de diseño. Al tiempo, se ha explicado la fórmula alternativa de contratación de diseño avalada por la ADCV como es la “Llamada a proyecto”. La fundación ha comentado que la decisión ya está tomada.
Las plataformas de crowdsourcing se basan (y lucran) usando concursos que especulan con el trabajo de sus participantes, supuestamente diseñadores. Aunque la mayoría de gente que participa en estos concursos suelen ser aficionados, y muchos de ellos sin experiencia en la especialidad solicitada.
Estos procesos pueden conseguir cierta repercusión mediática y por supuesto son fórmulas baratas de conseguir diseño, pero eso no debería ser suficiente. ¿Alguien ha pensado en la calidad del resultado? ¿A alguien le interesa que Benidorm cuente con una imagen digna de su importancia como ciudad clave del turismo en la Comunidad Valenciana?
La identidad de la ciudad está en juego y su imagen debe ser concebida con criterios técnicos y profesionales, no sólo creativos o artísticos. Los resultados de estos concursos son técnicamente poco eficientes y perecederos en su implantación. Además no garantizan la originalidad del resultado. Benidorm merece algo más que un concurso, merece un buen diseño para su identidad.
La ADCV propone otros métodos de contratación totalmente democráticos donde no se especula con el trabajo de los diseñadores. Y por supuesto, vuelve a ofrecer su total voluntad a asesorar sobre el tema a cualquier institución o empresa que lo requiera.