Reproducimos un extracto de las conclusiones de Raquel Pelta, directora de las Jornadas de Diseño para la Innovación Social y de Diseño Social, organizadas por la Asociación de Diseñadores de la Comunitat Valenciana (ADCV) y promovidas por Las Naves.
En este link se puede consultar el texto íntegro, cuyo contenido expuso la propia directora en el cierre de las jornadas. En ellas se ha podido ver cómo el diseño puede contribuir a mejorar la vida de las personas que sufren enfermedades mentales y la situación de sus cuidadores, cómo puede ayudar a las mujeres que han sido víctimas de violencia de género, cómo puede generar procesos participativos que hacen más conscientes y activan a las comunidades, cómo se puede atender a las necesidades de las personas mayores, cómo pueden mejorarse lo servicios de empleo y cómo pueden enfocarse, desde un ayuntamiento y de manera participativa, la cultura y el ocio.
Aquí os dejamos el extracto, pero os invitamos a que leáis el texto completo:
“Todos estos proyectos, unos de diseño social, —entendido como una práctica centrada en los sectores sociales y en la búsqueda de soluciones a los problemas y necesidades que dificultan el desarrollo de los individuos y de los grupos— y otros de diseño para la innovación social, nos muestran que estamos ante dos ámbitos de práctica especializados que se caracterizan por ser sociales en todo su proceso, en los que las personas son las protagonistas y no solo usuarios y/o consumidores pasivos.
Trabajar en diseño social y diseño para la innovación no es un asunto de caridad ni de altruismo. Estamos hablando de dos campos que trabajan por que las personas puedan disfrutar del bienestar que les corresponde por sus derechos como ciudadanos.
Son proyectos profesionales que no se pueden enfocar de una manera ingenua porque estamos ante problemas complejos y necesidades y hay que pensar en las personas y en la viabilidad de los proyectos.
Hay que reconocer, también, que el diseño social y el diseño para la innovación social pueden contribuir a incrementar la conciencia de las personas y a empoderarlas. A largo plazo, esto puede influir en que las decisiones políticas sean más beneficiosas para la ciudadanía y, por tanto, también, para cada uno de nosotros como individuos.
Es muy importante que las instituciones públicas, las entidades del tercer sector y los emprendedores sociales comprendan lo que estas perspectivas sociales les pueden aportar pero hay que entender que esas organizaciones e instituciones no son especialistas en diseño.
Desde nuestro campo tenemos dos grandes tareas por delante: divulgar y demostrar los beneficios de contar con los profesionales del diseño en proyectos sociales en genera. Nos tenemos, además, que formar porque requieren conocimientos y habilidades específicas.
Espero que estas jornadas hayan servido para esto, para conocer mejor dos campos que, en estos momentos de incertidumbre permiten vislumbrar un futuro algo mejor.”
Enlaces a los vídeos de las jornadas:
